sábado, 9 de abril de 2016

actividad 1

Actividad 1 




DEJANDO ENTRAR LA LUZ DEL DÍA
NO HAY NADA COMO LA LUZ DEL DÍA,
como bien saben quienes tienen la mala
suerte de trabajar en escritorios lejos de
una ventana. La sobreexposición a las luces
eléctricas brillantes causa estrés, mientras la
luz natural puede ayudar en la relajación.
Producir iluminación eléctrica por lo general
supone la quema de combustibles fósiles y la
emisión de dióxido de carbono, que causa el
calentamiento de la Tierra, pero la luz del día
no es contaminante, y es gratuita.

Ahora, una sencilla tecnología nueva –de
tubos solares– trae la luz
natural a los interiores lejos de las ventanas.
Refleja luz del día a través de una bóveda de
plástico transparente o vidrio fijada en un
techo. La bóveda luego la envía a través de un
tubo al cielo raso de la habitación que se
desea iluminar. Allí, la luz concentrada toca
un lente o un espejo que la difunde, esparciendo
la luz del día.

El tubo fue un gran éxito en Australia, donde
se produjo por primera vez comercialmente
en 1991, y luego se esparció a los Estados
Unidos de América, donde se utiliza en
escuelas y centros comerciales. Hoy día se
producen y se usan estos tubos solares de
la Argentina hasta China, de Guatemala a
Japón, de México a Polonia, de Rusia a los
Emiratos Arabes Unidos. La Organización
de las Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación hasta ha considerado usar los
tubos en países en desarrollo para ayudar a la
micropropagación, empezando el cultivo de
plantas en cultivo tisular o cultivo de tejido,
que aumenta la cantidad de plantones.
Los tubos son fáciles de instalar, y son más
baratos que las pilas solares. En sus versiones
más avanzadas siguen la trayectoria del sol y
pueden bajar luz de más de 100 metros de
distancia.

La iluminación da cuenta de hasta un 50% del
consumo energético comercial y hasta un
20% del consumo industrial, de manera que
–además de mejorar el bienestar– esta
tecnología emergente podría hacer un considerable
corte en las emisiones de dióxido

de carbono.

Actividad 2